quarta-feira, 9 de fevereiro de 2011

ORIGEN DEL VUELO

6. El origen del vuelo:

El origen del vuelo debería suministrarnos casos excelentes para presentar evidencias
evolucionistas en contra de las tesis creacionistas, si lo primero fuera lo cierto. Para llegar a volar, casi todas las estructuras de un animal no volátil requerirían un cambio de estructura, y las formas de transición resultantes deberían ser fácilmente detectables en el registro fósil. Se supone que el vuelo ha evolucionado separada e independientemente en cuatro ocasiones .en los insectos, aves, mamíferos (los quirópteros), y reptiles (los pterosauríos, ya extinguidos).










En cada caso se supone que se precisaron muchos millones de años para llegar al vuelo, y en cada caso se hubieran visto envueltas en ello formas casi innumerables de transición. Pero aún así, no se encuentra nada, ni un solo caso, que se aproxime a una serie de transición.


E. C. Olson, un evolucionista y geólogo, afirma en su libro «La Evolución de la Vida», que
«en lo que concierne al vuelo, hay algunas discontinuidades muy grandes en el registro fósil». (Pag. 180.)


En lo que concierne a los insectos, dice Olson: «No hay prácticamente nada que nos
informe sobre la historia del origen del vuelo en los insectos.» (Pag. 180.) En lo que trata de los reptiles voladores, Olson nos informa de que: «El vuelo verdadero está primeramente registrado entre los reptiles en los Pterosauríos del período Jurásico.

Aunque los más primitivos de ellos estaban algo menos especializados para el vuelo que los últimos, no hay en absoluto ningún tipo o señal de etapas intermedias.» (Pag. 181.)

Referente a las aves, Olson nos informa de que: «El vuelo verdadero está primeramente registrado entre los reptiles en los Pterosaurios del período Jurásico. Aunque los más primitivos de ellos estaban algo menos especializados para el vuelo que los últimos, no hay en absoluto ningún tipo o señal de etapas intermedias.» (Pag. 181.)

Referente a las aves, Olson habla del Archaeopteryx como «reptiloide», pero afirma que por su posesión de plumas «muestra que es un ave» (pág. 182). Finalmente, con referencia a los mamíferos, Olson afirma que: «¿a primera evidencia de vuelo en los mamíferos es en los murciélagos ya completamente desarrollados del Eoceno.» (Pág. 182.)


El caso del Archaeopteryx:1

1 Además de todas las consideraciones que se apuntan sobre el Archaeopteryx en el cuerpo del texto cabe publicar aguí un hecho muy significativo, y que viene a confirmar de una manera espectacular las observaciones sobre el hecho de que el Archaeopteryx era un ave verdadera, y no una forma de ^transición*. Se ha efectuado recientemente un descubrimiento que destruye cualquier base posible para mantener al Archaeopteryx en el lugar en que .a falta de algo mejor. lo hablan colocado
.
La revista Science-News (vol. 112, sept., 24, ¿977, p. 19S) anunciaba el descubrimiento de los restos de un ave Indudablemente verdadera unos «60 millones de anos más antigua» que el Archaeopteryx. Esta afirmación fue hecha por lames A. Jensen, de la Brigham Young Üniverslty.


El profesor John H. Ostrom, de la Universidad de Yole, afirma que .es evidente que debemos ahora buscar los antecesores de las aves voladoras en un periodo de tiempo mucho mas antiguo. Así, pues, no se puede documentar ninguna serie de transición en ningún momento de la pretendida transición al vuelo y, tan sólo en un caso, se ha alegado la presencia de una forma de transición. En este último caso, el así llamado intermedio no es intermedio en absoluto, porque tal y como los paleontólogos reconocen hoy en día, el Archaeopteryx era un ave verdadera. Poseía alas, estaba dotada completamente de plumas, volaba. No era medio-ave. Era un ave.

Jamás se ha encontrado una forma de transición con sólo parte de plumas y sólo parte de alas. Las características que se alegan del Archaeopteryx consisten en los apéndices
garróideos en los ejes-guía de las alas, la posesión de dientes, y vértebras que se extendían hacia afuera, formando una cola. Se cree que, poseyendo una quilla pequeña, era más bien un valador torpe. Mientras que tales características podrían ser de esperar si las aves evolucionaron de los reptiles, no constituyen por sí mismas una prueba en absoluto de que así haya sucedido, ni demuestran que el Archaeopteryx sea un intermedio entre los reptiles y las aves.

Por ejemplo, en Sudamérica existe hoy en día un ave, el Hoatzin (Opisthocomus Hoatzin), el cual posee dos garras en su etapa juvenil. Aun más, es un volador torpe, con una quilla asombrosamente pequeña.34 Esta ave es .sin duda alguna. cien por cien ave, aun poseyendo dos de las características por las cuales se le imputa una ascendencia reptiliana al Archaeopteryx.


Mientras que las aves modernas no poseen dientes, otras aves más antiguas, aves cien
por cien sin sombra de duda, los poseían. ¿Demuestra ello que los antepasados de las aves fueron los reptiles, o simplemente demuestra que algunas aves antiguas tenían dientes, mientras que otras no los tenían? Algunos reptiles tienen dientes y otros no los tienen. Algunos anfibios poseen dientes, otros no. De hecho, esto es cierto a toda aves de todas las categorías de subphylum .peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos incluidos.


Siguiendo la analogía de que las aves dentadas son primitivas mientras que las
desdentadas son más avanzadas, los monotremas (por ejemplo, el Ornitorrinco y el Equidna), ambos mamíferos, desdentados, {deberían ser considerados más avanzados que los humanos! Y a pesar de ello, estos mamíferos son considerados como los más «primitivos» de todos los mamíferos. (Por cierto que se da la curiosa circunstancia de que ison los últimos en aparecer en el registro fósill) ¿Qué valor filogenético se le puede dar a la posesión o no posesión de dientes?

En lo que se refiere al «Status» del Archaeopteryx, DuNouy afirmó:

«Desafortunadamente, la mayor parte de los tipos fundamentales del reino animal están,
desde el punto de vista paleontológico, desconectados. A pesar del hecho de que está
innegablemente relacionado a la vez con los reptiles y con las aves (relación que la anatomía y la fisiología de los especimenes verdaderamente vivientes demuestra), no estamos autorizados a considerar el caso excepcional del Archaeopteryx como una verdadera conexión. Por conexión queremos decir una etapa de transición necesaria entre tales clases como reptiles y aves, o entre grupos menores. Un animal, por el hecho de que muestre características pertenecientes a que aquel en el que vivió el Archaeopteryx..

Asi, Ostrum concluye en que el Archaeopteryx no fue el antecesor de las aves.
Una y otra vez, los evolucionistas han citado al Archaeopteryx como él ejemplo de una forma de transirían . Ahora el Archaeopteryx ha sido destronado de su sitial. El evolucionismo se vuelve mas y mas insostenible según se va acumulando la evidencia fósil, y se va haciendo mas evidente la frase de Newell: .Muchas de las discontinuidades tienden a ser mas y mas enfatizadas con el aumento de las colecciones..í (Nota del traductor.) dos grupos diferentes, no puede ser tratado como una verdadera conexión en tanto que no se hayan hallado las etapas intermedias, y en tanto que los mecanismos de transión permanecen desconocidos.» "


¿Cuál, pues, parece ser la conclusión más razonable? Creemos que el registro fósil no
permite mejor secuela que la que Marshall ha publicado recientemente:
«El origen de las aves es mayormente asunto de deducción. No hay fósiles de las etapas a través de las cuales se logró el asombroso cambio de reptil a ave.» "


Objeciones contestadas:

En vista de todo lo anterior, se presentan muchas excusas, alegando que las estructuras
delicadas generalmente no se preservan en forma fósil, para presentar una explicación al hecho de que no haya ninguna indicación, en el registro fósil, de la evolución de las plumas. Pero esta objeción no es posible en el caso de la pretendida evolución del vuelo en los reptiles voladores y los muciélagos.

Hay muchas diferencias, y muy significativas, entre reptiles voladores y no voladores.
Otra vez nos remitímos a la obra de Romer, «Paleontología Vertebrada».x Se muestra en la página 140 la reproducción del Sal-toposuchus (fig. 214 de su libro), un representante de los Tecodontos del Triásico, que Romer cree dieron lugar a los reptiles voladores (Pterosaurios, Dinosaurios y aves. La comparación de esta forma con las reconstrucciones de los más primitivos representantes entre los dos subórdenes de los Pterosaurios (páginas 144 y 146) revelan la vasta discontinuidad entre ellos, una discontinuidad no conectada por intermediarios fósiles. Desde luego, también existe una discontinuidad similar entre esta criatura y el Archaeopteryx.


El Saltoposuchus, teocodonte del que Romer y otros creen tuvieron su origen los dinosaurios, las aves y los reptiles. Tomado de Paleontología Vertebrada de Romer.
Casi todas las estructuras en el Rhamphorhyncus, Pterousaurio de cola larga (ñg. 222,
pág. 144) le eran peculiares. Es esencialmente obvia (como en todos los Pterosaurios) la gran longitud de su cuarto dedo, en contraste con los otros tres dedos que este reptil poseía. Este cuarto dedo proveía todo el apoyo para la membrana que actuaba de ala. Por ciento que no era una estructura delicada, y si los pterosaurios tuvieron su origen en la evolución de los Tecodontes o de algún otro reptil terrestre, deberían haber sido halladas formas de transición mostrando un alargamiento gradual de este cuarto dedo. No obstante, no se ha descubierto ni una señal de tales formas de transición.



Rhamphorhyncus, un Pterosaurio de cola larga.




Tomado de The Osteolow oí tht Rcptilu de Williston. Aún más especial era el grupo Pterodactiloide de los pterosaurios (fig. 225, pág. 146). E1 Pteronodonte no solo tenía un pico largo y desdentado y un penacho óseo largo extendiéndose hacia atrás, sino que sus cuatro dedos sostenían ¡un ala de 8 metros de envergadura! ¿Dónde están las formas de transición documentando el origen evolutivo de estas y otras estructuras especiales
de los Pterosaurios?

En cuanto al murciélago, se supone que evolucionó de insectívoros terrestres, a pesar de
que, como se ha afirmado anteriormente, el murciélago más antiguo conocido en el registro fósil es cien por ciento murciélago, y no se puede encontrar ni traza de formas de transición. En el murciélago, cuatro de los cinco dedos sostienen la membrana del ala y son extremadamente largos comparados con una mano normal. Estas y otras estructuras únicas, como el radio y el cubito, que se unen en la mitad dista! para formar un hueso simple en el Palaeochiropteryx (Romer, fig. 322, pág. 213), son huesos sólidos, y no estructuras delicadas.

Si las formas de transición existieron, ciertamente que hubieran debido quedar preservadas. La completa ausencia de las tales deja sin respuesta, tomando como base el modelo evolucionista, preguntas tales como: ¿Cuándo, de qué, dónde y cómo tuvieron su origen los murciélagos?

Ahora queremos plantear la pregunta: En lo que concierne al origen del vuelo. ¿Qué modelo, el de la creación, o el de la evolución, tiene mayor apoyo del registro fósil? A nosotros la respuesta nos parece clara. Ni un solo hecho contradice las predicciones del modelo creacionista: la verdadera evidencia falla en apoyar las predicciones del modelo evolucionista. Aquí, donde sería más fácil y obvio el hallar las formas de transición si la evolución fuera realmente la causa de estas criaturas tan altamente desarrolladas y especializadas, no se encuentra ni una. ¿Podría ser más cruel y caprichoso el registro fósil para los paleontólogos evolucionistas? El registro histórico inscrito en las rocas está gritando literalmente: ¡CREACIÓN!




Pteronodonte, un reptil gigante que tenia una longitud total de alas de más de ocho metros. Tomado de Paleontología Vertebrada de Romer. Palaeochiropteryx, el más antiguo de los murciélagoe conocidos, fósil del Eoceno. Los ejemplos citados en este artículo no son en ninguna manera excepciones, sino que sirven para ilustrar lo que es característico del registro fósil. Mientras que se puede observar una transición en el nivel de las su-bespecies, y se puede inferir en el de las especies, la ausencia de las formas de transición entre las categorías más elevadas de clasificación (los géneros creados
del modelo creacionista) es regular y sistemática. Nos proponemos documentar esta afirmación citando afirmaciones públicas de evolucionistas.



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El documento arriba fue sacado del sitio electrónico:
Conpoder.com

Creación, evolución y la evidencia histórica
DUANE T. GISH, PH. D.

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