«La extrema rareza de formas de transición en el registro fósil se mantiene como el
secreto celosamente guardado de la Paleontología. Nos creemos los únicos verdaderos
estudiosos de la historia de la vida, pero en nuestro intento de preservar nuestro favorito relato de evolución por selección natural encontramos nuestros datos tan deficientes que nunca vemos el mismísimo
proceso que pretendemos estudiar.» (Natural History, mayo 1977, p. 14)
DEFINICIONES
Para una comprensión clara de los temas que se van a considerar en este trabajo,
debemos empezar por definir «evolución» y «creación». Cuando se utilice el término «evolución» nos referiremos a la teoría general de la evolución orgánica, o teoría de la evolución «de la molécula al hombre». Según esta teoría, todos los seres vivientes han venido a existir por procesos naturales, mecanicistas, y evolutivos, a partir de la materia inanimada. Estos procesos se atribuyen solamente a propiedades inherentes de la materia y son, por lo tanto, operativos todavía hoy en día. La teoría de la creación, por otra parte, postula que todos los tipos básicos animales y vegetales (los géneros creados) vinieron a existir por la acción de un Ser preexistente utilizando procesos especiales que no operan hoy en día. Las variaciones que han tenido lugar desde la creación han quedado encerradas dentro de los límites de cada género creado.
Los evolucionistas insisten tenazmente en que la creación ha de ser excluida de la más
mínima consideración como una posible explicación de los orígenes, sobre la base de que no puede ser calificada de teoría científica. Los proponentes de la teoría de la evolución, al mismo tiempo, ven como impensable la consideración de que la evolución sea algo menos que Ciencia pura y, de hecho, la mayoría de ellos insisten en que ya no se debe pensar en la evolución como teoría, sino que se debe considerar un hecho.
CRITERIOS QUE DETERMINAN LA CONDICIÓN DE TEORÍA CIENTÍFICA
¿Cuál es el criterio que debe cumplir una teoría para ser considerada científica en el
sentido generalmente aceptado? George Gaylord Simpson ha afirmado que «es inherente en cualquier definición de ciencia que las afirmaciones que no puedan ser comprobadas por observación no son gran cosa... o, por lo menos, no son ciencia».
Una definición de Ciencia, dada en el Diccionario de Oxford, es:
«Una rama de estudio que concierne a un cuerpo coordinado de verdades demostradas,
o de hechos observados, clasificados y más o menos coordinados por su interrelación bajo leyes generales, y que incluye métodos fiables para el descubrimiento de nuevas verdades en su dominio.»
Así, para que una teoría pueda ser calificada de científica, debe ser apoyada por sucesos
o procesos que puedan ser observados cuando ocurren, y la teoría debe ser útil prediciendo el comportamiento y resultados de futuros fenómenos naturales o experimentos de laboratorio. Una limitación adicional impuesta es que la teoría debe ser capaz de «falsación». Esto significa que debe ser posible concebir algún experimento cuyo fallo probaría la falsedad de la teoría.
CREACIÓN Y EVOLUCIÓN FRENTE AL CRITERIO ACEPTADO
Es en base de tal criterio que la mayor parte de los evolucionistas insisten en que la
creación no debe ser considerada como una posible explicación de los orígenes. La creación no ha sido testificada por observadores humanos, no puede ser comprobada científicamente, y como teoría no es «falsable».
Con todo esto, la teoría general de la evolución (teoría de la molécula al hombre) también
falla, incumpliendo estos tres criterios. Dobzhansky, tratando de afirmar la evolución como
hecho, en realidad admitió que no cumplía el criterio de teoría científica cuando dijo:
«...el acontecimiento de la evolución de la vida en la historia de la tierra está tan bien
establecido como ningún suceso nunca testificado por observadores humanos lo pueda ser.»
Goldschmidt, que insistió en que la evolución es un hecho para el cual ya no se necesita
de más pruebas, también la traicionó en su fracaso en cumplir el criterio generalmente aceptado para establecer una teoría como científica. Después de describir las etapas de su mecanismo evolutivo, al que bautizó con el nombre de «Systemic mutation» (Mutación sistémica o saltacional) o «Hopeful Monster» (Monstruo Viable), Goldschmidt afirmó:
«A esta suposición se oponen violentamente la mayoría de los genéticos que pretenden
que los hechos hallados al nivel subespecífico se tienen que aplicar también a las categorías superiores. El repetir incansablemente esta pretensión no probada, el pasar de ligero sobre las dificultades y el adoptar una actitud arrogante frente a los que no se dejan influir tan fácilmente por las modas en la Ciencia, se considera que proporciona una prueba científica de su doctrina.
Es verdad que nadie hasta ahora ha producido una nueva especie, género, etc., por
macromutación; pero es igualmente cierto que nadie ha producido ni una sola especie por
selección de micromutaciones.» Más adelante, en el mismo artículo, declaró:
«Tampoco nadie ha presenciado nunca la producción de un nuevo individuo de categoría
taxonómica superior por selección de micromutaciones.»
Goldschmidt ha afirmado, pues, que en el contexto de «molécula al hombre» solamente
se ha observado el cambio más trivial, en el nivel de las subespecies. Aún más, los arquitectos de la moderna teoría sintética de la evolución la han construido tan cuidadosamente, que no es posible su «falsación». La teoría es tan plástica que es capaz de explicar cualquier cosa. Esta fue la queja de Olson y de varios participantes en el «Wistar Symposium on Mathematical Challenges to the Neo-Darwinian Interpretaron of Evolution» (Simposium Wistar de Desafíos Matemáticos a la Interpretación Neodarwiniana de la Evolución), incluyendo incluso a Mayr, uno de los principales exponentes de esta teoría.
Edén, uno de los matemáticos, lo expresó de esta manera, con referencia a la «falsabilidad»:
«Esto no se puede hacer en evolución, tomándola en su sentido general, y esto es lo que
quise decir cuando la califiqué de tautóloga. Porque, desde luego, puede explicar cualquier cosa. Se puede ser, o no, ingenioso al proponer un mecanismo que parece razonable a los seres humanos, incluso mecanismos que sean coherentes con otros mecanismos que se hayan descubierto, pero no deja de ser una teoría no "falsable".»
Aún más, aparte de los científicos creacionistas, un creciente número de otros científicos
han expresado dudas de que la moderna teoría de la evolución pueda explicar algo más que cambios triviales. Edén quedó tan desanimado después de una consideración completa de la teoría desde el punto de vista probabilístico, que proclamó:
«Una teoría científica y adecuada debe esperar el descubrimiento y elucidación de
nuevas leyes físicas, químico-físicas y biológicas.»
Salisbury ha expresado similarmente sus dudas, basadas en consideraciones
probabilísticas. El ataque a la teoría por parte de científicos franceses han sido intenso en años recientes. Dice un reportaje sobre la situación en Francia: «Este año se vio crecer rápidamente la controversia, hasta que recientemente culminó con un artículo aparecido recientemente en la revista Science et Vie titulado «¿Deberíamos quemar a Darwin?» con una extensión de unas dos páginas.
El artículo, escrito por el divulgador Aune Michel, estaba basado en las entrevistas del autor con especialistas tales como la señora Andree Tetry, profesora en la famosa Ecóle de Hautes Etudes .y autoridad mundial en problemas de la evolución., el profesor Rene Chauvin, y otros biólogos franceses de nota; y en un estudio a fondo de unas 600 páginas de compilación de datos biológicos reunidos, en colaboración con la señora Tetry, por el difunto Michael Cuenot, biólogo de fama mundial. La conclusión de Aime Michael es significativa: «la clásica teoría de la evolución en su sentido estricto, pertenece al pasado. Aunque no tomen una posición definida, hoy en día prácticamente todos los especialistas franceses mantienen fuertes reservas mentales en cuanto a la validez de la selección natural.»
E. C. Olson, uno de los oradores en la celebración del Centenario Darwiniano, hizo en
aquella ocasión la siguiente afirmación:
«Existe, asimismo, un grupo generalmente silencioso de estudiosos dedicados a
investigaciones biológicas, que tienden a disentir con mucha parte del pensamiento actual, pero dicen y publican poco a causa de que no están particularmente interesados, o no ven que la controversia sobre la evolución sea de alguna importancia particular, o están tan totalmente en desacuerdo que les parece inútil dedicarse al monumental trabajo de controvertir el inmenso edificio de información y teoría que existe en la formulación del pensamiento moderno. Desde luego es difícil juzgar el tamaño y la composición de este silencioso sector, pero no hay duda de que los números no son despreciables.»
Fothergill se refiere a lo que él llama «la poquedad de la teoría como un todo». Erhlich y
Holm han afirmado sus reservas de la siguiente manera: «Finalmente, consideremos la cuestión presentada anteriormente: "¿Cuál es la explicación de lo que observamos en la naturaleza?" Ha llegado a ser moda el contemplar la moderna teoría de la evolución como la única explicación posible, en lugar de decir que es la mejor conseguida hasta ahora. Es concebible, y hasta lo más posible, que lo que podríamos llamar chistosamente una teoría No-Euclideana de la evolución apunte en el horizonte.
La perpetuación de la teoría actual como dogma no animará el progreso hacia una explicación más satisfactoria de los hechos observados.»
Algunos ataques son abiertamente críticos, tales como la carta de Danson que apareció
recientemente en «New Scientist» y en la que, entre otras cosas, afirmaba:
«La teoría de la evolución ya no está más con nosotros, a causa de que hoy en día se
reconoce al Neo-Darwinismo como incapaz de explicar cualquier otra cosa que no sean cambios triviales, y, a falta de otra teoría, no tenemos ninguna... a pesar de la hostilidad de los testimonios ofrecidos por el registro fósil, a pesar de las dificultades innumerables, y a pesar de la falta de una teoría creíble, la evolución sobrevive... ¿Puede haber, por ejemplo, otra área de la ciencia en la que se utilice un concepto intelectualmente tan estéril como el de la recapitulación embriológica como evidencia de una teoría?»»
Macbeth ha publicado recientemente una crítica especialmente incisiva de la teoría de la
evolución. Apunta al hecho de que a pesar de que los evolucionistas han abandonado el
evolucionismo clásico, la moderna teoría sintética de la evolución que han propuesto como
sustitución es igualmente inadecuada para explicar el cambio progresivo como resultado de la selección natural y, de hecho, no pueden ni siquiera definir Selección Natural en términos que no sean tautólogos. La inadecuacia de la teoría actual, y el fracaso del registro fósil en cumplir las predicciones que le son propias, dejan a la macroevolución, y aún a la misma microevolución, como misterios intratables, según Macbeth.
No obstante, Macbeth sugiere que no hay ninguna teoría .en el presente. preferible a ésta.
En vista de las consideraciones expuestas, es increíble que científicos líderes, incluyendo
algunos oradores en la Convención de esta semana, insistan dogmáticamente en que la teoría de la evolución de la molécula al hombre sea enseñada con exclusión de todo otro postulado. La evolución en este amplio sentido no está demostrada y no se puede demostrar, y, por lo tanto, no puede ser considerada como un hecho. No está sujeta a prueba por los métodos normales de la ciencia experimental: Observación y falsación. Así, en el sentido estricto, no puede ser ni siquiera calificada de teoría científica.
Es un postulado, y puede servir de modelo con el cual se puede intentar explicar y correlacionar los datos que tenemos en el registro fósil, y hacer predicciones concerniendo a la naturaleza de descubrimientos futuros. La creación, desde luego, no está probada, y no se puede probar por los métodos de la ciencia experimental. Según el criterio expresado anteriormente, tampoco la podemos calificar de teoría científica, ya que la creación habría sido inobservable y, como teoría sería no-falsable.
La creación es, por tanto, como la evolución, un postulado que puede servir como modelo para explicar y correlacionar la evidencia relacionada con los orígenes. La creación no es, en este punto, ni más religiosa ni menos científica que la evolución. De hecho, a muchos científicos bien informados les parece que la creación es muy superior al modelo evolucionista como explicación de los orígenes.Tenemos la fuerte sospecha de que la aceptación de la evolución no es debida principalmente a la naturaleza de la evidencia, sino al prejuicio filosófico de nuestros tiempos.
Watson, por ejemplo, ha dicho:
«La teoría de la evolución misma es una teoría universalmente aceptada no a causa de
que pueda ser probada cierta por evidencia lógicamente coherente, sino porque la única
alternativa, la Creación especial, es claramente increíble.»
Que ésta es la teoría sostenida por la mayoría de los biólogos lo ha enfatuado
recientemente Dobzhansky. En su comentario del libro de Monod «Azar y Necesidad»,
Dobzhansky declaró:
«Ha señalado con admirable claridad, a menudo lindando en lo sublime, la filosofía
materialista mecanicista compartida por la mayor parte del Establishment de las Ciencias
Biológicas.»
La exclusión de la creación en la enseñanza científica es innecesaria e indeseable, sea
en base científica o filosófica. Bajo el sistema presente, en el cual la evolución se presenta como un hecho con exclusión de la creación, el estudiante es adoctrinado en una filosofía de humanismo secular, en lugar de beneficiarse de una presentación objetiva de la evidencia.
Se podría remediar esta situación presentando creación y evolución en forma de
modelos, haciendo predicciones basadas en cada modelo, y entonces comparar la evidencia científica real con las predicciones de cada modelo. Así, los estudiantes podrían decidirse en base de esta presentación objetiva. Esto es lo que desearíamos hacer en el resto de este trabajo, ciñendo nuestras consideraciones a un examen del registro fósil.
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El documento arriba fue sacado del sitio electrónico:
Conpoder.com
Creación, evolución y la evidencia histórica
DUANE T. GISH, PH. D.
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