quarta-feira, 9 de fevereiro de 2011

DE LOS ANFIBIOS A LOS REPTILES Y MAMÍFEROS

5. De los anfibios a los reptiles y mamíferos


Es en la frontera anfibiana-reptiliana y reptiliana-mamífera donde se han hecho las más
fuertes reivindicaciones de tipos de transición que conecten clases. Pero examinándolos con atención, vemos que son simplemente aquellos que, en el registro fósil, más se parecen en estructura esqueletal.

La conversión de un invertebrado a vertebrado, de pez a cuadrúpedo con pies y piernas,
o de animal terrestre a volátil son unos pocos ejemplos de cambios que requerirían una
revolución en toda la estructura del animal. Tales transformaciones deberían proveer una serie de transición claramente reconocible como tal en el registro fósil si hubieran ocurrido por medio de un proceso evolutivo. Por otra parte, si el modelo creacionista es el verdadero, es en estas fronteras donde la ausencia de formas de transición será más evidente.

Pero vemos que lo cierto es lo contrario en la frontera anfibio-reptiliana y en la reptilmamífera, particularmente en la primera. Siendo posible distinguir entre los reptiles y anfibios actuales, vivientes, en base de sus características esqueletales, son .no obstante., mucho más distinguibles por medio de sus partes blandas y, de hecho, la característica definitiva que separa a los reptiles de los anfibios es la posesión por parte de los reptiles, en contraste con los anfibios, del huevo amniótico.


Muchas de las características para determinar un mamífero residen en su anatomía o
fisiología «blanda». Esto incluye su manera de reproducirse, la temperatura caliente de la
sangre, respiración por medio de la posesión de un diafragma, la posesión de glándulas mamarias y la posesión de pelo.

Con todo esto, las dos diferencias más fácilmente distinguibles entre reptiles y mamíferos
no han sido nunca conectadas por series de transición. Todos los mamíferos, existentes o
fósiles, tienen un solo hueso, el dentario, a cada lado de la mandíbula inferior, y todos los
mamíferos, existentes o fósiles, tienen tres osículos auditivos (que forman el oído medio), el martillo, el yunque y el estribo. En algunos reptiles fósiles, el número y tamaño de los huesos de la mandíbula inferior es reducido comparado con los reptiles vivientes.

Aun así, todos los reptiles, vivientes o fósiles, tienen como mínimo cuatro huesos en la mandíbula inferior, y todos poseen un solo osículo auditivo, el estribo. No hay, por ejemplo, formas de transición que muestren dos o tres huesos en la mandíbula, o dos osículos auditivos, y tampoco no ha explicado nadie como se las arreglaba la forma de transición para marticar mientras su mandíbula se tenía que dislocar y rearticular, o como podía oír mientras se le iban formando los otros dos huesos en el oído medio.





Aún hay más. Para que los hechos del registro fósil puedan encajar en las predicciones
del modelo evolucionista se tiene que establecer una secuencia cierta de tiempo que encaje con estas predicciones. Esto no ha sido posible con la secuencia Anfibios-Reptiles-Mamíferos a base del material fósil descubierto hasta ahora:

Las conocidas formas Seymuria y Didactes, de las cuales se dice que están en la línea
de división entre reptiles y anfibios, son del Pérmico anterior. O sea, que han llegado 20 millones de años demasiado tarde para ser los antecesores de los reptiles, si es que hemos de seguir la cronología evolucionista. Los pretendidos reptiles base del orden Cotilosauria, se encuentran no en el Pérmico posterior a ellos, sino en el período precedente, el Carbonífero tardío (Pensilvánico).


De hecho, los reptiles «mamiferoides» del suborden Sinápsida, que supuestamente
dieron origen a los mamíferos, se hallan en el Pensilvánico (Carbonífero tardío), y posiblemente en el Pensilvánico anterior. Así, el Seymuria y el Didactes, «antecesores» de los reptiles, no solamente postdatan a los mismos reptiles por decenas de millones de años, sino que también postdatan a los mismos antecesores de los mamíferos por un lapso de tiempo igual.


Según el modelo evolucionista, los mamíferos asumieron la supremacía sobre los reptiles
en un período relativamente tardío de la historia de los reptiles. Si esto es cierto, se podría
asumir razonablemente que la rama de reptiles de que tuvo su origen se desarrolló tardíamente en la historia de los reptiles. Pero aquí también vemos que lo cierto es lo contrario, si es que fueron los Sinápsidos los que antecedieron a los mamíferos. La subclase Sinápsida esta fechada entre los más primitivos de los reptiles conocidos, no los últimos, y se supone que pasaron su apogeo aún antes de la aparición de los Dinosaurios.


Según Romer, los reptiles sinápsidos fueron disminuyendo en número durante el
Triásico, quedando esencialmente extintos hacia el final de aquel período, y pasaron muchos millones de años antes de sus «descendientes» llegaran a una posición de dominio.34 Si la selección natural es el proceso que rige la evolución (y la definición de la Selección Natural es que es un proceso por el que el organismo más capacitado para la lucha por la vida es el que produce mayor descendencia), entonces, si la anterior historia de Romer es cierta, tendremos que concluir en que la transición del reptil al mamífero triunfó a pesar de la Selección Natural, en lugar de triunfar a causa de ella.



-------------------





El documento arriba fue sacado del sitio electrónico:
Conpoder.com

Creación, evolución y la evidencia histórica
DUANE T. GISH, PH. D.

Nenhum comentário:

Postar um comentário